Cristina Kirchner llamó a Axel Kicillof en un último intento por reencauzar la relación absolutamente rota desde hace un año, luego que él haya decidido apoyar a Ricardo Quintela como candidato a presidir el PJ nacional que quedó en manos de la ex jefa de Estado. Luego de imponer sus condiciones, al nacionalizar la elección a pesar del desdoblamiento electoral, la presidenta del PJ levantó el teléfono. La charla fue corta, poco afectiva pero cortés. Este diálogo fue la primera reacción del luego de la decisión de Cristina Kirchner de presentarse como candidata a diputada provincial sin hablar con él ni congeniar una estrategia que anticipe la unidad entre los sectores en pugna. A algunos de los que más pujaban por la consolidación del Movimiento Derecho al Futuro la noticia del llamado cayó como una bomba. La situación del peronismo kirchnerismo renovador no es la ideal. Muchos seguían de cerca la sesión de este martes en el Senado provincial donde podía tener media sanción la reelección indefinida de los legisladores provinciales. Como no se trataba la misma norma para los intendentes, todo voló por el aire y el oficialismo provincial no pudo conseguir los veinte legisladores necesarios para conseguir el quórum propio, en el que iban a aparecer otros apoyos con votos presenciales o ausentándose. Con la charla entre la presidenta del PJ y el gobernador, también, pueden empezar a destrabarse este y otros temas. No solo las reelecciones, cuya fecha máxima para ser tratada y aprobada sería la próxima semana, sino los temas estrictamente administrativos que necesita la gestión bonaerense como el presupuesto, endeudamiento y fiscal impositiva. Los intendentes del peronismo, el verdadero ejército de ocupación y los únicos con poder electoral por encima, en la mayoría de los casos, de sus referentes nacionales y provinciales, naufragan entre la desazón y la bronca sobre la idea de la ex presidenta de presentarse como candidata. Para ellos, Cristina Fernández de Kirchner no debía ser candidata a nada, por más que la “banquen” como conductora y la elijan por encima de Axel Kicillof. En este grupo, nutrido y mayoritario, no ingresan la docena que se identifica directamente con La Cámpora. Para los jefes comunales, que nunca criticaron demasiado el desdoblamiento impuesto por Kicillof, la estrategia electoral deseada era la “municipalización” de la elección provincial, con candidatos seccionales en las ocho regiones en las que se divide el mapa político bonaerense puestos por ellos o, inclusive, con algunos encabezando. Por eso es que la presentación de Cristina Kirchner como candidata a diputada provincial por la tercera sección electoral también defraudó a varios de sus seguidores. Su sola presencia “nacionaliza” la votación, en contra no solo de la pretensión del gobernador, sino del 90% de la política bonaerense.