En un trabajo conjunto con el PAMI, el Gobierno anunció que comenzó una nueva auditoría a más de un millón de pensiones por discapacidad laboral no contributivas. Esto se da en el marco de una serie de denuncias por irregularidades en la asignación de estos beneficios: durante las gestiones kirchneristas, se les entregaba a usuarios que no poseían una invalidez.  La Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) trabajará con el PAMI, a partir de un convenio con el Ministerio de Salud de la Nación. Las intenciones por trabajar con el Instituto de servicios para jubilados se basan en el alcance que tiene el mismo: auditarán 1.013.400 casos. La medida fue dada a conocer este miércoles durante una conferencia de prensa del vocero presidencial, Manuel Adorni, quien anticipó: “Este mes se empiezan a mandar las cartas documentos a los beneficiarios. El mes pasado enviaron 1100 en Buenos Aires y solamente el 31,6% se presentaron, 759 no cumplían o no se presentaron”. El objetivo, según manifiestan desde el Gobierno, es darle mayor transparencia al sistema para que las pensiones sean otorgadas únicamente a quienes cumplan con los criterios establecidos en la normativa vigente y efectivamente las necesiten. En paralelo, Nación ya comenzó a dar de baja los 176.569 beneficios por invalidez laboral que estaban previstos de base para este año. Dicho ajuste que cada vez se sustenta más en las investigaciones que se llevan adelante. De hecho, los últimos recuentos evidencian que menos de la mitad de los subsidiados en CABA cumple con los requisitos para percibir esta ayuda económica, y se habla de un desvío que podría alcanzar los $2.000 millones de dólares al año en todo el país.  Las investigaciones llevadas adelante por el oficialismo dan cuenta que durante las presidencias de Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández, la cantidad de personas que recibieron este subsidio aumentó exageradamente: el santacruceño las incrementó en un 183%. Su esposa en los primeros cuatro años un 143%, y en el segundo mandato un 47,93%. Macri logró una caída de tan solo el -1,9%. Y Alberto acrecentó el número en un 18,46%.