El Gobierno de Javier Milei debió retrasar sus planes de quitar los subsidios a las tarifas de gas y luz, por lo menos, hasta mitad de año. En un principio, la implementación de la Canasta Básica Energética (CBE) estaba prevista para abril, luego se pospuso a mayo, y ahora se posterga nuevamente hasta junio o julio.
Según fuentes oficiales, la demora responde a la dificultad que tienen para hacer los cruces de información necesaria, que les permitirá determinar qué hogares continuarán con la asistencia en sus boletas de energía. Como específica Infobae, el problema radica en combinar los datos de los hogares que están inscriptos en el Registro de Acceso a los subsidios a la Energía (RASE) que puso en marcha el Gobierno anterior con los deciles socioeconómicos del Indec.
La idea base del presidente, Javier Milei, es que todos los usuarios residenciales paguen el costo pleno de la energía, y por ende, pase a subsidiarse la demanda. Sin embargo, este plan, por ahora, queda descartado. Lo que se hará a partir de junio o julio es subsidiar parte de la factura de luz y gas en función del decil poblacional al que corresponda cada hogar.
Las tarifas de luz y de gas vienen de un largo periodo de congelamiento y en estos momentos no en todos los hogares se abona lo mismo, estando diferenciadas las facturaciones de acuerdo al nivel de ingresos del grupo familiar.
Los datos que maneja la cartera de Energía revelan una erogación en subsidios de alrededor de 150.000 millones de dólares a lo largo de los últimos 20 años, con un consumo tres veces superior al promedio de consumo de la región.
En tanto, desde el ministerio que encabeza Luis Caputo, sostienen que los subsidios a la energía representaron 1,5% del Producto Bruto Interno (PBI) en el 2023, un gasto cuatro veces superior al que tuvo la Asignación Universal por Hijo (AUH), que sumó 0,4% del PBI en el mismo período.
